Tomando eso como base la única com- petencia que he tenido ha sido conmigo mismo.
Este forzoso parón de la vida cultural ha llevado asimismo a una honda reflexión sobre cómo recuperar a las artes de este golpe, afirma el tenor uruguayo que vive y trabaja entre Europa y Estados Unidos y cruza reiteradamente el charco entre ambas márgenes del Atlántico.
Uruguay fue un paÃs donde pasaba gene- ralmente 3 meses al año, pero cada vez que llegaba y bajaba a esa rambla y me encontraba con mis amigos del Barrio Pa- lermo, Cordón y Punta Carretas, me sen- tÃa en la gloria.